Thursday, February 23, 2006

ENTREVISTA CON ALICIA ALONSO.

ALICIA ALONSO:"Yo soy Cuba, soy mi pueblo.
Me forjé al calor de la revolución
y estoy orgullosa de ello".

Por Waldemar Verdugo Fuentes.
(Fragmentos de esta entrevista publicados en
VOGUE-México y diario EL MERCURIO de Chile).
Fotos de Alicia Alonso para esta entrevista.

"Estar cerca de Alicia es estar cerca de la danza;
ser la danza misma"
(Nicolás Guillén)


"Patética, trágica, seductora o demoníaca cuando el rol lo exige, dando siempre lo máximo de ella misma. Alicia Alonso, exteriorizando su poderosa personalidad, es una de las bailarinas más completas de nuestro tiempo, sin hablar ya de su trabajo de dirección coreográfica, esfera en la que ella ha realizado una inmensa labor de creación". (Alejo Carpentier)

LA SABIA CIEGA QUE BAILA.

No sólo es la directora del Ballet Nacional de Cuba, también es primera bailarina, coreógrafa y fuente de inspiración del que es uno de los cuerpos de baile más completos de Latinoamérica. Lo primero que llama la atención en Alicia es su impresionante delgadez y su forma de vestirse nada convencional. Luego viene el impacto al enterarnos que está casi ciega, pero íntegra en su arte. No se puede creer que frisa los setenta años ("¡pero si tengo menos de cien, chico!", dice ella), manteniendo intocado el hálito vital que la ubica como una artista excepcional.
-De chiquita era muy delgadita y me dijeron: "no puede bailar". Pero empecé a bailar. Más adelante comenzaron mis padecimientos de la vista; me han operado cuatro veces y en cada operación me decían lo mismo: "no puede bailar", y sigo bailando. En la última intervención a mis ojos me dijeron: "Ahora se acabó, ya no puede seguir bailando". Y aquí sigo bailando. Y seguiré bailando hasta que las piernas me sostengan. No sé hacer otra cosa, no sé hacer nada más que bailar.
-¿Cuándo decidió ser bailarina?
-Nunca hice otra cosa. Desde pequeñita me gustó poner música y bailar con ella. Yo decidí ser bailarina porque me gustaba bailar: nunca bailé para ser una estrella. Yo he bailado porque me gusta y sigo bailando porque me sigue gustando, y porque desde que tengo uso de razón el baile me ha tranquilizado. Por eso bailo.
-¿Cómo entiende usted el arte de la danza?
-Como algo que nace con el ser humano, que puede expresar todo por medio de su cuerpo. La danza, el ballet, es un arte que el ser humano inventó a partir de su cerebro y para cubrir una necesidad de comunicación. En los tiempos primitivos, los hombres expresaban sus sentidos por medio de movimientos. Al principio, los movimientos acompañaban a sus palabras; naturalmente aplicaban gestos para expresar sus temores, sus dudas, el desconcierto que les producía toda la naturaleza que estaban descubriendo. Después, estos primeros movimientos unidos al gesto le ayudan a crear sus danzas para celebrar el cultivo de una buena cosecha; luego nacen las danzas guerreras y de alabanza a sus dioses, y a partir de estos movimientos inspirados por una emoción nace una técnica, la técnica del ballet, que luego se convierte en un hecho teatral. Por eso la danza es un medio para conocer la mentalidad de un pueblo, el cómo se expresa un pueblo a través del movimiento de su cuerpo.
-Entonces, ¿usted afirma que la danza es un antecedente histórico?
-Definitivamente. La historia del mundo también se encuentra en el ballet, en la danza escénica. A través de ella nos enteramos de las diferentes épocas que ha vivido un pueblo. Por ejemplo, nosotros ahora hemos venido a México a hacer una función sobre la Era romántica, que pertenece a los comienzos del siglo XIX, y nuestro espectáculo va a hablar de esa época, de la forma de vida que existía alrededor de 1830. Vamos a recrear las expresiones, el sentimiento, los gestos de los seres humanos de ese momento histórico en que todos querían escapar de la realidad y se consideraban sólo espíritu, en que su ideal de mujer era muy romántico, en que la amada no tocaba el piso con sus pies. Y ese estilo de bailar requiere de toda una reconstrucción que posee una serie de movimientos y tramas muy definidos, requiere el estudio de litografías de la época, de textos y críticas, e incluso de biografías de las bailarinas de ese tiempo. Y no existen partituras: las danzas de entonces no están anotadas, entonces es necesario todo un estudio para saber cómo se movía una bailarina de entonces, porque sus movimientos eran muy diferentes a los de una bailarina actual. Nosotras somos activas y en la Era romántica eran pasivas, redondas...ponían su brazo aquí, se apoyaban así, hacían esto... hoy en día jamás verás a una bailarina hacer esto... o poner el pie así... o moverse de esta manera para expresar dicha...para expresar amor hacían esto... o sea, cada época tiene su propia forma de movimiento, y ese es precisamente el antecedente histórico que el ballet aporta al conocimiento humano.
-¿En qué forma cree usted que el ballet va evolucionando con el cambio de época?
-Siempre el tiempo enriquece las cosas. El ballet va asimilando aspectos de las danzas populares, del folklore y del acontecer de la vida misma. Va adquiriendo cosas de la imaginación normal evolutiva, que constantemente crea nuevas cosas.
-¿Cómo va cambiando la técnica?
-La técnica cambia porque contamos con nuevos elementos hasta en el aspecto práctico; ya no bailamos con luz de vela sino con fantásticos sistemas de iluminación, que nos hace posible crear cualquier ambiente que se sueñe, atmósferas espectaculares, evocadoras, extrañas, que sin duda permiten al público gozar más del espectáculo. Y por supuesto el cambio de época es todo un reto porque obliga a estar atento a lo que pasa alrededor nuestro, para recoger aquello que sea un aporte a nuestro arte, pasarlo por un tamiz y devolverlo elaborado al pueblo desde el escenario.
-¿Usted diría que la nuestra es una época rica para el ballet?
-Desde luego. Es rica porque representa un desafío. La riqueza técnica de hoy en día implica una mayor demanda, justamente, técnica, que en el ballet se refleja en una mayor fuerza que obliga a quien baila a hacer esfuerzos mayores. Antiguamente los teatros eran pequeñitos y con sólo un movimientos de ceja se hablaba con el público. Hoy en día los teatros son más amplios, y lo que tenemos que decir debe ser dicho con el cuerpo entero para que la expresión llegue al público. Nuestra época es elocuente.
-¿Qué estilos son más frecuentes en el ballet contemporáneo?
-Se conserva un estilo clásico; uno con faceta más romántica; existe uno neoclásico, y el propiamente llamado ballet moderno, que en su técnica expresa historias, líneas, composiciones y diseños coreográficos actuales. El ballet moderno encierra la forma de expresión del ser humano actual, y será el que preserve cómo es nuestra forma de vida. Es nuestra herencia cultural para el ballet que se haga en el futuro.
-Usted, artísticamente, es uno de los pilares de la revolución de su país. ¿Cómo se ubica en la Cuba de hoy día?
-Yo soy una bailarina. Y el mayor orgullo que poseo es que puedo bailar para mi pueblo. Estoy comprometida con mi patria y con la revolución cubana, y para ellos son mis más ambiciosos anhelos y todos mis esfuerzos artísticos.
-Usted ha creado una corriente dentro de la danza contemporánea que se identifica como la Escuela Cubana de Ballet, ¿cómo nació su Escuela?
-Bailando, sólo bailando. Ninguna Escuela nace sola, todas se alimentan de las otras y luego adquieren su propia personalidad. La Escuela cubana tiene aspectos de la Escuela italiana, y de la inglesa, y más recientemente la hemos enriquecido con aspectos de la Escuela soviética. Nos hemos individualizado poniendo énfasis en ejercicios determinados que van de acuerdo con lo que necesita nuestro físico latinoamericano en especial, de manera que ayude a lo que justamente nosotros necesitamos para desarrollarnos. Estamos intentando preparar coreógrafos, músicos, diseñadores, para enriquecer nuestro ballet, aportando no solamente pasos que se han convertido en secuencias técnicas dentro del idioma de la danza, sino que además tratamos de asimilar nuestros propios gestos y movimientos.
-¿Que la ha inspirado en su Escuela?
-Pero chico, ¡que no es sólo mía, es de todos! Hemos querido recoger todo lo que sea de nuestra América Latina para crear un lenguaje propio que sea común a nuestras gentes, y que esperamos en un futuro sea no sólo la Escuela cubana de ballet, o la técnica de la Escuela cubana, sino la Escuela latinoamericana de ballet, porque la danza es una de las formas más bellas de comunicación, de unificación. A través de la danza un pueblo puede decirle a otro lo que está sucediendo, contarle sus experiencias, compartir lo que siente. El arte es un aspecto de la cultura, porque se desarrolla en la medida en que el pueblo ensancha sus conocimientos. El baile es un lenguaje universal que se entiende en todas partes. A veces no se necesita hablar, sólo basta con bailar.
-¿Qué lega usted a la historia de la danza?
-Una Escuela sólida de ballet que será continuación de mi trabajo, con artistas forjados al calor de la revolución, y cuyo primer incentivo es poner su trabajo al servicio del pueblo. Ese es el legado que dejo a mi país: mi trabajo que también es el trabajo de todos mis compañeros; porque yo no estoy sola, soy parte de todo un pueblo. Yo soy Cuba, soy mi pueblo. Me forjé al calor de la revolución y estoy orgullosa de ello.

Waldemar Verdugo Fuentes.
Publicado en "El Mercurio" de Chile y Vogue-México.
Fragmento de "Ocho Mujeres del siglo XX"

Derecha: Collage Alicia Alonso, por W.V.F.